Punto ineludible era la visita a El Alamo, fortaleza mítica de la lucha entre texanos y algún romántico estilo Davy Crockett contra el poderoso ejército mexicano del General Santa Ana (o tal vez junto). Como es habitual, entorno e interior del recinto, bien cuidado y bien explotado: pedazo de historia de la que gustan recrearse y mostrar desde su heroico punto de vista, eso sí, transcurrida hace pocos años en comparación europea. Y ya puestos a recordar frases, otra que me gusta, y a la que le cambio a veces el nombre propio: Remember The Alamo. Visita, compras, vueltecita rápida por los alrededores y corre carretera.
Y tocaba etapón del día, rumbo a Carlsbad o lo más cercano que nos pillara, across Texas, el auténtico espíritu Road Movie. No pocas horas recorriendo la autopista. Aprovisionando cuando la bebida escaseaba en la nevera, saliendo de la autopista para intentar comer en Sonora, que nos sonaba famoso, pero del que tampoco pudimos sacar ninguna conclusión... Demasiado rápido tal vez.
No recuerdo a que horas de la tarde o noche nos metimos en un motel, pero ese recorrido nos dispuso listos para la siguiente visita y nos hizo ganar un día al tiempo.
Alojamiento: SUPER 8
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