No recuerdo lo que hice el dia antes, aunque me imagino que repasar una y otra vex lo que me estaba dejando, y es triste, pero tampoco sé si al mártir de mi padre le tocó llevarme o me vinieron a buscar mis compis de viaje. No sé por qué pero me inclino por algo semejante a eso.
Eso sí, era muy de mañana, pero sarna con gusto no pica y allí nos pusimos en marcha. Un viaje largo, del que el movimiento hacia Milan nos retrodecía para coger más impulso y llegar a Miami con todo preparado para la aventura.
Uno que no habia pasado en avión más allá de Canarias, nota eso del viaje, pero resiste con todo. Y aterrizas en Miami, y el primer glope te lo da la temperatura: una bofetada de calor te presenta a lo que es el clima tropical... Ya organizados, nos vamos a por el vehículo reservado: amplio para cuatro y con un buen maletero. El problema de lo que nos ofrecen por lo que hemos pagado es que todos los vehículo van con CD... Maldita la gracia para 4 turistas con 10 cintas de cassette cada uno que se habían grabado semanas atrás para ir poniendo durante el viaje. Suerte de mi inglés y sobretodo de que el dependiente de la compañia de alquiler de coches era cubano. El primer retraso en el programa de viaje estaba servido!. Pero que nadie piense que eso nos amargó el viaje...
Al final, nos quedamos con un Chevrolet Malibú de color verde, con muy buena pinta y un radiocassette como Dios manda. El que escribe no se estuvo de personalizar el coche con algún detalle, y se llevó desde su casa un escudo del Espanyol de esos que se cuelgan en el coche. Supongo que la sorpresa y el buen rollo intergrupo del que me aproveché en ese inicio impidió que saliera por la ventanilla en la primera curva como cualquier cinta que no fuera aprobada por 3 de los 4 viajeros.
Y todo me llamó la atención. El color verde, la humedad, el sol, la calda, los campos de golf, los coches, la carretera ancha, el mar.... Muchas sensaciones desde buen inicio, pero agotamiento in crescendo que chocaba con nuestras ganas de seguir bajando por los cayos...
Al final, caímos por donde pudimos "cheaper, cheaper...". Y esas palabras mágicas nos metieron dentro de una caravana, la opción barata del motel con el que nos topamos..... eso si, con aire acondicionado. Eran aldedor de las 22.00h de la noche. Por cierto, esa noche ya dormí con Dani. Esa , y las 32 siguientes tambien.
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