Tengo dos promesas públicas que hice y que cumplí. Las dos de caminante, una en modo light y otra un poco más durilla. En una de ellas hay foto, en la otra no.
Tibidabo: Empezamos por la sencilla. Al acabar la carrera, subí desde mi casa andando al Tibidabo. Me acompañó mi amigo Jordi, predispuesto siempre a estas cosas. La promesa era dejar allí el último boli de la carrera. Ya había dejado el mundo de colorines con el que empecé la misma, y solía llevar uno sólo, o tal vez ese y uno de respuesto.
De buena mañana, y con dos detalles totalmente opuestos que recuerdo perfectamente. El primero para llorar, ya que casi delante nuestro, cerca del Metro de Santa Eulalia, una chica fue víctima de un intento de atraco en ese clásico de esos tiempos del tirón desde la moto. No lo consiguieron, pero dejaron a la pobre bastante magullada. El segundo detalle, para reir. El salto de una cadena que cerraba un camino a los coches fue saltado en modo olímpico por ambos atletas. Lo que pasa que a uno se le quedó el pie detrás de la cadena, y las leyes de la gravedad no perdonan.
Poca fanfarria; como a mi me gusta. Llegar, subir, y en una zona discreta donde había el clásico cepillo de monedas, pues allí se quedó el boli.
Montserrat: Lo podeis encontrar en la referencia original: segunda etapa del Camino desde casa a Santiago. No creo que pueda describirlo mejor ahora.
También hay que reconocer que cuando te miras lo que te queda por delante no las tienes todas contigo, así que le pides un cable a la Moreneta, y le prometes regresar con la ofrenda de tus zapatillas del Camino (bautizadas como las "Nike Peregrino Coast to Coast"). Puedo asegurar que hubo momentos en los que notas que hay alguna cosa más que tus piernas que te tira hacia adelante.
Eso de ahí abajo que casi no se ve, son mis NIKE
"Peregrino Coast to Coast", cumpliendo esa parte de la promesa que decía
que debían quedarse en Montserrat.
(Y Ten Years After) Y
aún me sigo sorprendiendo de cómo subí así de cargado por la riera de
Gayá o por el camino ya de nuevo ocupado del funicular. Y sigo
recordando año tras año, aquella subida mientras la hago sin peso, y la
conversación con ese peregrino de Montserrat cuyo libro me leí. Y cómo
no, esas "Coast to Coast" que me llevaron volando y que me podían haber
dado mucho más kilómetros... Pero tuvieron su recorrido y su misión y la
cumplieron.
Dedicado a Jordi, en ese y otros momentos omnipresente desde hace más de media vida. Y a todos los que me ayudaron a cumplir esa promesa de las Nike Peregrino Coast to Coast.
"I don't need you to worry for me 'cause I'm alright
I don't want you to tell me it's time to come home
I don't care what you say anymore this is my life
Go ahead with your own life and leave me alone"
I don't want you to tell me it's time to come home
I don't care what you say anymore this is my life
Go ahead with your own life and leave me alone"
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