Torres del Paine - Día 5

En esta no me ando con los rodeos de la respuesta al día anterior. Total, vais a leer este post antes que el del día 4...

Aquí nos teneis tras 3 horas y media de subida, posando para el primer catalán que nos hemos encontrado por este país. Manda eggs donde lo pillamos.

Tras el desayuno, pillamos a Helder, que nos ayudó con el equipaje el día anterior y nos dijo en buenas palabras que nos dejáramos de guías, que subir aquello sin ellos es lo que hace todo el mundo menos los guiris de agencia menos espabilados, y después un guía legal nos dijo que sin problemas, que igual nos llovía arriba y que si nos veiamos capaces de subir una hora de buena pendiente, un par de hora de repechos arriba y abajo y un tramo final duro de una hora aprox escalando por las piedras de una morrena, que podíamos hacerlo tranquilamente. Además, por el camino habría un par de refugios por si se nos acababan las pilas. Ya no nos lo pensamos más una ex-CEC y un ex-peregrino a Santiago, y sobre las 8:30 nos pusimos en marcha con la mínima cobertura básica pero la suficiente para estos casos.

El primer tramo de subida, de viento espectacular. En mi vida me había encontrado con algo de ese tipo, pero animados y con buena marcha nos plantamos en la primer parte alta.

Después, un tramo de repechos hacia el primer refugio, donde unos cuanto metros antes de llegar descubrimos que las botas de la bessona han decidido que ese es el mejor momento para retirarse.

Paramos en el primer refugio para ver el estado. Una suela en plan bistec despegado del talón y la otra pidiendo la hora.

En el refugio, "paraíso del excursionista fashion" (bessona dixit), ninguna solución de sus expertos para el problema. "No tenemos cuerdas, a nos ser la de nuestras propias botas"... A este lo voy a votar para hospitalero en algún Albergue a Santiago a ver si se espabila.

Así que, con el propio cordón de la bota y la seda dental que apareció en mi mochila (no me pregunteis que estaba yo pensando cuando lo puse...) hicimos un apaño del tipo siguiente:

Funcionó. La bota aguantó todo el envite. Y no era fácil, porque tras el trayecto de repechones siempre cercanos al río vino el tramo final de las morrenas.

Ese tramo fue duro, de verdad. Viene a ser como la etapa del Tour en los Alpes que, tras 160 km. subiendo y bajando puertos, termina en Alpe d'Huez... Es un tramo que se hace interminable, con el añadido del viento y la duda de si íbamos a ver las Torres o solo adivinarlas. Al final, final feliz y que nos dejó muy satisfechos de nuestra pequeña gran hazaña.

Particularmente, espero me sirva de buena pretemporada para el proyecto del año que viene...

Tras el regreso a la Base, un buen bocata de esos combinados que te puedes tomar tras un partido a las 8:00 de la mañana, bien acompañada de la cerveza con sprite (no tenian fanta limon) correspondiente.

Y allí, otro encuentro con catalanes, cuatro de Manresa que llegaron en moto y que se estaban recorriendo desde el norte de Chile hasta Usuhuaia. Más de un mes y esperan llegar a casa por Navidad. Si les estan esperando en casa no sé si la mejor idea es aparecerse por esas fechas.

Y en medio un par de amigas de nosedonde, una oriental y otra tipo aleman-peregrina-a-Santiago que hicieron la misma excursión que nosotros y a las que ibamos saludando de cruce en cruce. La rubia nos reconoció, algo que antes no hizo la oriental, puesto que se le fueron los ojos hacia los bocatas que nos estábamos zampando de lomo de ternera, con mayonesa, huevo y no sé que más. Nos pidió disculpas despues. Yo la entiendo: tras esa panzon de caminata es evidente dónde se te van primero los ojos. Bueno, y tampoco tenía demasiadas alternativas donde mirar. La invitaremos a España para que se pase por el Gallego, el Canario o cualquier bar de tapas más allá de la zona Centro Superguays de la ciudad de al lado....

Foto Friki? Por si no habeis tenido bastantes....