La visita de hoy por la manana ha sido la del Castillo de Himeji, con uno de los AVEs de la zona y recorre arriba y abajo de nuevo la estacion de Kyoto. Esta vez, simplemente un directo de menos de una hora que nos deja en la ciudad que da nombre al castillo, al cual se halla a 15 minutos andando de la estacion en linea recta.
Lastima que sea un castillo oculto tras una andamiada de cuidado
Pero hay zonas vsitables mas alla del andamio asi que hacia eso vamos y aparte de la historia de Dragones y Mazmorras de la principal habitante del castillo, una excelente coleccion de armaduras de samurai, entre otros de los objetos alli expuestos y, como no, una fortaleza defensiva con muchos de sus detalles a vista, en la muralla, en la organizacion defensiva...
De vuelta, tomamos el camino hacia Kovasan, no tan accesible a traves de la alyta velocidad, con lo que nos tiramos desde las 15:45 hasta las 19:30 con un tren Rapid Express, un Rapid, un Local, otro Local, un Cable car y un Bus...
Los dos últimos tramos son realmente impresionantes. Paisaje montañoso, bosque frondoso y cerrado, ferrocarril elevado. Pena de que se hizo de noche y no pudimos apreciarlo en toda su magnitud.
Fuimos los únicos pasajeros del bus que nos subía aKoyavasan
y el buen conductor nos indico donde estaba nuestro santuario, abierto para turistas con ganas de acercarse un poco más a la cultura budista del país
Esa cultura es la que nos hace ir a cenar a las 20, y lo pudimos hacer en un restaurante familiar que servían buena comida y jarras de cerveza XL. Me quedé con las ganas de pedir un Sake Tonic.... Será en la próxima ocasión.
Y ya en el hotel, habitación estilo japonés, y baño estilo japonés con una bañera comunitaria con el agua al borde de la ebullición.
2 comentarios:
Las armaduras de samurai son preciosas. Uno se imagina a cientos de tipos cabalgando con espadas y esas máscaras... Kurosawa lives!
Oido cocina, Charlieeeee!!!!!
Ve preparando unos Sakes Tonics para los viajeros a su vuelta (sin pepino ni regaliz).
No sé si son más envidiables vuestras aventuras ferroviarias, las visitas a templos y castillos, los hoteles encantadores o vuestras rutas gastronómicas...
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