El último día completo en Japón es domingo y hacemos como tantos otros habitantes de Tokyo: el dominguero. Para empezar nos vamos al templo, al más importante de la capital, el Templo de Sensoji. Nos acercamos vía JP Rail Pass todo lo que podemos, y después 15 minutos de paseo a la sombra (cuando lo permiten edificios y aceras). Antes de ver el Sensoji podemos ver el Skytree de Tokyo, bonita foto que no hay que dejar de hacer.
El Sensoji es orientalizar la imagen de la catedral al fondo y los comercios a su vera. Orientalizar también incluye un aumento de la cantidad que os podais imaginar. Nosotros no nos estamos de ninguna de las dos cosas, ni de la divina ni de la humana.
El siguiente paso, el barrio de Yanaka. Una zona con casas de principios de siglo pasado que han resistido terremotos y bombardeos, y con alguna calle ambiente comercial. Previamente y de camino, una visita al Templo de Kaneji, que creo no era el que planteábamos visitar, pero ha resultado ser Interesante. Lo que no ha sido tan interesante es el paseo por el cementerio de Yanaka que nos hemos pegado buscando el templo.La ruta despues ha sido sencilla: salir del cementerio y bordarlo por el barrio de Yanaka. Tras unos inicios titubeantes, el barrio ha cumplido expectativas en lo que hace referencia a comercialidad y a garitos que estan de moda y se hace cola para tapear o lo que sea aquí.
El paseo ha acabado delante de una estación JR, y de ella hemos ido a la zona de Ameyoko, histórico punto de mercado negro americano desde la posguerra situado debajo de los puentes del tren, y en la que ahora puedes encontrar de casi todo. Un espectáculo de mercado de luz y color, eso sí, con toda la actividad en modo zip. Pausa para la parada en el típico garito de la zona y camino hotel a hacer equipaje.
Siendo la última noche, hemos salido de los alrededores del hotel para cenar, ya que el sitio que de allí hacía mejor pinta resultaba estaba completo.
El Sensoji es orientalizar la imagen de la catedral al fondo y los comercios a su vera. Orientalizar también incluye un aumento de la cantidad que os podais imaginar. Nosotros no nos estamos de ninguna de las dos cosas, ni de la divina ni de la humana.
El siguiente paso, el barrio de Yanaka. Una zona con casas de principios de siglo pasado que han resistido terremotos y bombardeos, y con alguna calle ambiente comercial. Previamente y de camino, una visita al Templo de Kaneji, que creo no era el que planteábamos visitar, pero ha resultado ser Interesante. Lo que no ha sido tan interesante es el paseo por el cementerio de Yanaka que nos hemos pegado buscando el templo.La ruta despues ha sido sencilla: salir del cementerio y bordarlo por el barrio de Yanaka. Tras unos inicios titubeantes, el barrio ha cumplido expectativas en lo que hace referencia a comercialidad y a garitos que estan de moda y se hace cola para tapear o lo que sea aquí.
El paseo ha acabado delante de una estación JR, y de ella hemos ido a la zona de Ameyoko, histórico punto de mercado negro americano desde la posguerra situado debajo de los puentes del tren, y en la que ahora puedes encontrar de casi todo. Un espectáculo de mercado de luz y color, eso sí, con toda la actividad en modo zip. Pausa para la parada en el típico garito de la zona y camino hotel a hacer equipaje.
Siendo la última noche, hemos salido de los alrededores del hotel para cenar, ya que el sitio que de allí hacía mejor pinta resultaba estaba completo.
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