Pasamos la noche de Punta Arenas en un hotelito mono del centro, con la vista puesta en el Ferrari, porque el día anterior me pasó uno del B:SM de allí y me cobró la zona azul, valorada en 300 pesos a 600... Lo estaba esperando pero no apareció.
Fotos de la ciudad y camino Puerto Natales, unos 250 km al norte. Pero antes, la foto friki del día anterior que os debía:
Sí amigos, un toro Osborne (o sucedáneo muy fiel). Yo
hablando de su 50 aniversario en un post muy reciente, y va y me aparece otro de internacional. Estos toros resultarán ser como los catalanes. Por cierto, tengo una al lado escribiendo al Jordi, mientras su marido-acompañante espera fuera. Menos mal que la bessona se entretiene con su mail...
En fin, que la salida por esas anchas carreteras tipo USA, en las que apenas te encuentras a nadie, rectas infinitas y la voz de su amo diciendo cada 3 kms. "Para aquí, para aquí". No os perdais el próximo blog sobre "mis fotos en la carretera"...
Al final, consigo que se duerma y podemos hacer 75 km. sin pararnos, llegar a Puerto Natales, repostar el Ferrari y nuestras energías con un "buen" café, y emprender camino Torres del Paine.
El Camino del Paine se acepta como zona de parada para fotos: del derecho, del revés, de guanacos, de ardillas, de montañas, de valles ... Aunque ya se sabe que de la foto al hecho va un buen trecho.
Y hablando del trecho, ahí justo empieza la "leyenda del ripio" (nada que ver con lo que hace Sabina en sus canciones) . En Chile a las carreteras no asfaltadas le llaman de ripio, de ahí el tema del 4x4. Pero bueno, quien no ha picado alguna vez su R-5 con un BMW. El Ferrari y a por todas!. Era cuestión de ir esquivando las piedras más gordas y las roderas que iban apareciendo. Estos camino hacen gracia cuando vas a Can Borrell o al campo de los Penitentes, pero despues de 70 km. c-c-co-mm-o-q-u-e r-r-r-r-a-y-a-u-n-pe-pepe-l-in....
Finalmente, llegamos al acceso al
Parque Nacional Torres del Paine, en negrita y mayúsculas. Lo que pasa es que se pone a llover y hay que ir directos a la Hostería las Torres, lugar tope high en el que nos queremos tomar un lujo, pero que nos lo pusieron bien complicado desde el principio: no nos contestaron ni un maldito mail. Llamabas por teléfono y era como llamar a un servicio de Call Center de cualquier compañía de ADSL, y cuando casi nos ponemos de acuerdo camino del Parque va y se nos acaba la cobertura. Menos mal que, al final nos identificaron, aunque fuera por pesados, y nos dieron una habitación con vistas a Las Torres.
Y como seguía lloviendo, lo nuestro fue intentar hacer algunas otras cosas. Programar actividades en el Parque: la más barata, 40€. Internet 10€/15 min. (ni cibermarchando, nen!). Llamar por teléfono para reservar algo más: "Deme Vd. el número y yo le pongo en contacto". Esto, y ver que toda la zona de Las Torres era en un mapa "Zona Privada" nos empezo a dar un mal rollo de Gran Hermano que, sentados en el bar con un par de Cokes, empezamos a armar una trama que puede haberse montado allí: ¿Por qué tanta dificultad para las reservas? ¿Coto de Agencias? ¿Por qué nada de llamadas sin pasar por ellos? ¿Qué es eso de una zona privada particular, de lo más estratégico del parque, asignada a esa hostería y sus actividades? Nos iba dando para una peli de tramas búlgaras, y puede que algúndía me pase por el google a enterarme quien va detrás de esas empresas. Eso sí, lo haré desde LH, que aún me tengo que subir pal norte.
Hablando de Las Torres, nos enteramos ya de modo definitivo que para verlas como Dios manda, hay una caminata de unas 7 horas (4 ida y 3 de vuelta), que los del Hotel califican de complicada, y que con guía sale a 70€ por persona. El espíritu catalán invoca a Rita, pero irse de Las Torres sin ver bien las torres nos corroe. Tampoco estaba clara la excursión al Grey. La decisión? mañana tras el desayuno a primera hora...