Confieso que no recuerdo de dónde saqué esta tierra. Tiene muchas posibilidades ese templo que me dejó encantado (Santuario Itsukushima creo). No era fácil pillar chupitos por ahí, y de ahí que el que pillara se llevaba la arena encima. Corría el año 2012: eso sí que es inolvidable.
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