Puede que sea una gringada, como también lo sea lo de girar la Corona con el limón dentro o, volviendo al tema, beber José Cuervo como si fuera la panacea del tequila, para despues ser fulminado por cualquier mexicano que se precie.
Me voy a quedar de recuerdo con esa imagen que tanto me impresion en su momento y del que tanto se me han cachondeado en casa: los campos azules camino de Tequila.
Supongo que lo vamos a mantener como post anual y algun recuerdo tequilero, tal como el post de mañana, pero de momento nos guardamos la promesa y/o esperanza de que algún día nos volveremos a ver. Y espero que estés aquí para comprobarlo.
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