19 marzo 2020

#ComentarioDeTexto - A los que juegan

Estupendo artículo. Imposible no sentirse identificado. Yo echo de menos mis pachanga de jueves y miércoles (por ese orden). Por lo que va antes, durante y despues...

Primero están el miedo y la tristeza de estos días. Y luego está la más importante de las cosas que no son importantes. En la sobredosis de diarios del coronavirus se ha escrito ya bastante sobre el tedio de estos sábados y domingos sin Carrusel, sobre la soledad de quedarnos sin Liga, Champions ni final de 'Kopa', e incluso (y si no se ha escrito, lo escribo yo) sobre la irónica contradicción de amar el fútbol y querer que se pare todo hasta la temporada que viene para que se salve mi Espanyol.

Está claro: lo primero es lo primero. Y lo segundo, ni es el Carrusel, ni La Liga, ni la Champions, ni ... bueno, en este párrafo lo primero es la última palabra. Pero luego viene el siguiente párrafo.
Entre lamentos de espectador y cuitas de hincha se nos olvidó animar a los que juegan, a los que se juntan para hacer equipo, para echar una pachanga, para disputar su reválida vital del finde, para justificar la cerveza del tercer tiempo o para soñar con llegar a crack. Hay que cuidar esa afición, que no sabe de categorías, sexo, edad, calidad técnica o estado físico, y que cotiza en ilusión. Es tanta, que la imagino acumulada en depósitos como los de los Cazafantasmas para aprovecharla cuando todo esto acabe y así mover el mundo. O, al menos, el balón.
Los que juegan. Los que jugamos. Justo hoy, camino Nou Barris, cruzar la Ronda, una previa de preparación física cuando se llega y ese partidito en Brafa en el que el número fatídico es el 7 y a partir de allí cualquier número impar que hace equilibrar equipos según edad, calidad técnica, estado físico...
Y ese tercer tiempo. Ese Balouta de alegrías y discusiones bizantinas, entre unionistas, independentistas y futboleros. De tapas, claras, cafés, chupitos y copas... y los kikos. Es la alegría de los jueves, que antes era el día de las chacha y ahora para nosotros es nuestra principal farra de fin de semana. En chandal y volviendo sobre la una, pero que nos lo quiten es una baja en nuestra cotización de ilusión vital. 

Si te grabaste en vídeo dando toques a un rollo de papel de váter (sin confesar las tomas que te costó dar más de tres), si paras todo lo que se te cae al suelo con el empeine, si confundes el pasillo de casa con el carril del 8, si les tiras caños a tus peques con las piezas de Duplo, si no pierdes una tanda de penales con pelota de trapo en la habitación desde 2011, si has enseñado a hacer chilenas en la cama a toda la prole, si te acuestas todas las noches haciendo la palomita de Poy, si ya buscas online equipaciones chulas y baratas para septiembre, si eres alevín, cadete, juvenil o amateur y añoras hasta los ratos del banquillo, si sigues soñando con rematar ese córner del último minuto, entonces tienes otro motivo más para estar jodido estos días. El odioso virus va ganando, pero el fútbol siempre da revancha. Volveremos a jugar. O, sin eufemismos, como todas las semanas, seguiremos saltando al campo, el único lugar donde muchos nos sentimos libres.
Hoy me grabo, Es jueves y toca destrozar la práctica del fútbol de algún modo. Ya lo he probado más de tres veces y probablemente no me salga a la primera, pero saldrá.

No paro todo con el empeine, porque a veces voy descalzo y hay cosas que pueden llevarte a urgencias, y no estamos para eso. Pero el resto sí, y a veces he evitado romper algún cristal así.

El caño es inherente a cualquier cosa en el suelo y dos piernas cercanas. No entiende de familia. He vuelto a jugar en el pasillo de casa con mi hija, algo que hicimos muchos años con mi hermano y un globo, y que estoy convencido nos hizo mejores en el juego aéreo. Ya no me tiro a la cama por miedo a romperla. La última vez que lo hice una tabla de mi cama hizo crack, ya hace muchos años. Ya no busco equipaciones. Más bien camisetas de liquidación en la tienda del RCDE o en cualquier outlet. Era feliz en el banquillo, sobre todo en los últimos años de veteranos de ocho de la mañana, cuando ya los casi 20 años menores jugaban como si estuvieran en Tercera Regional. Y soy feliz poniéndome de nuevo las últimas bambas que me compro que hago compatibles en hierba artificial y suelo de futbol sala.

Miki y yo decimos cada septiembre es nuestra última temporada subiendo los jueves a Brafa, pero este coronavirus va a ser una excusa adicional para que en septiembre, aparezcan en los posts del grupo de Brafa frases como "Subo" "Llego tarde" o "🐔", en homenaje a esos que no podían subir porque su estado físico les ha dicho que descansen. 

Ahora, unos cuidan a sus familias, mientras teletrabajan, otros ayudan a la gente necesitada desde su puesto de trabajo, otros se siguen recuperando...


Va por vosotros, amigos!!
Siempre libres!!!

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