Odio el fútbol moderno es una... es una de todo que puedes encontrar por todas las redes sociales, pero la pilles por donde la pilles, es imperdible. No he visto, y mucho menos leído aún toda la antología que viene de los 100 motivos para odiar el fútbol moderno, pero apuesto a que superaré el 80%. Lo vamos a ver en varias serie porque la vida no da para hacer textos largos, y este blog "diario" necesita contenidos con más frecuencia.
Empezamos con la intro y las primeras 5:
Te gusta el fútbol. Es inevitable. Creciste con él. Jugaste o todavía juegas. Tu padre te llevó a ver partidos. Jugaste al PC fútbol. Lloraste. Reíste. Amaste… Pero ahora no sabes por qué, ya no te interesa tanto. No sabes si es porque las plantillas cambian casi totalmente cada año. No sabes si es porque hay fútbol todos los días y no sabes a qué hora y dónde juega tu equipo. O si es por todo al mismo tiempo. El caso es que el fútbol cada vez interesa menos a los aficionados de toda la vida y no saben por qué. Nosotros os vamos a proponer 100 motivos para odiar el fútbol moderno.
Punto por punto, ese soy yo, aunque no me importa tanto que cambien las plantillas, ni que pongan fútbol todo los días. El resto soy yo y Michel Pineda...
1. El nombre comercial de los estadios ¿Dónde han quedado Sarriá, Highbury o San Siro? Cada vez es más habitual ver estadio como el Wanda, el Emirates o el Etihad.
No me afecta. Y puede que lo que es peor es que les sigamos la corriente. Así que si estamos en el San Siro, se le llama así y punto. Yo quería que el de Cornellá se llamara Dani Jarque, porque eso blindaba y mucho el naming: esa cosa de la que todo el mundo habla y que al final ya ni nos acordamos de como le llamamos durante un año hasta que nos avisaron de que aquello era un timo... (0%).
2. Los peinados fotocopiados de los futbolistas Miras un Espanyol - Getafe y parece que estén jugando los mismos jugadores en los dos equipos. Mismo peinado. Misma barba y mismo aspecto. Jugadores sin carisma y ¿Por qué ya no dejan jugar a los calvos?
Es el signo de los tiempos: el rubio, el melenas, el rapao, el chino... Ya no puedes identificarlos así. Todos son de la misma tribu, porque queremos ser de esa tribu. Y hombre! Precisamente el Espanyol, repasando un poco, tampoco es que tenga tantos hermanos de estilista.... (50%)
3. Los excesivos tatuajes de los futbolistas Y si hablamos de la moda de los tatuajes. No tenemos nada en contra de que alguien se tatue pero, sí de que sus brazos tatuados con frases en chino o en tailandés que ni ellos mismos entienden sean noticia. Bueno, para ello tenemos los artículos de los diarios deportivos en los que nos explican su significado. ¡Qué guay! Los diarios te enseñan el último tatu de Messi antes que el partido entre los dos primeros de segunda.
Agree. Una moda que origina otra excusa para llenar algunas líneas más de los diarios deportivos o algunos minutos más de las tertulias. (66%)
4. Todos los días hay fútbol Todos los puñeteros días: Fútbol el viernes. Fútbol el lunes. Fútbol el martes. Fútbol el jueves. Nos gusta el fútbol pero todo en su justa medida. También me gusta la tortilla de patatas y no me la como todos los días. ¡Por favor! Además, ya no sabemos ni si lo que estamos viendo es una jornada de Liga o de Copa.
No me afecta. Al final, tampoco puedes verlo todos los día. Y por lo menos si te fastidian un finde siempre te quedan los lunes, los martes, los miércoles... (50%)
5. El horario de los partidos ¿A qué hora juega tu equipo la próxima jornada? Tienes que mirarlo en el móvil. ¿A qué sí? Quizá juegue el sábado a las 13h (Se fastidió la paella con tus colegas) o quizá juegue el lunes a las 21h (Después de todo el día trabajando vete a pasar frío al estadio) Se acabó aquello de ir al fútbol los domingo por la tarde después de comer. Además, el Espanyol suele jugar los lunes y el Barcelona no, eso es injusto, se está castigando al aficionado perico.
Agree. Agree. Agree. Nos castigan, y pocas voces se levantan. Amor eterno al odio al fútbol moderno. Y se ha olvidado de la programación de desplazamientos y actividades varias. He de reconocer, además, que si llegamos a la UL o como se llame, me van a tocar las narices porque me voy a perder o eso o los partidillos en Brafa, y eso sí que va a doler. (60%)
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