No voy a negar que, por casualidades de la vida o no, hace mucha ilusion que el protagonista de una película se llame como el que escribe (Bruc es el apodo), y que la chica de la peli se llame como la bessona. A partir de esto, tampoco pesa un ápice que la acción transcurra en Montserrat, o que el derroche físico del prota sea de Test de Cooper.
Siento debilidad por las películas pseudohistóricas, que adaptan libremente, pero fieles a la realidad de la persona y el momento. Una realidad del más allá del evento central. Todos sabemos la historia del Timbaler del Bruc, pero aquí nos cuentan "El día despues", que se convierte en una mezcla de Rambo, Marathon Man, Máximo Riesgo y guiños a Black Rain o Silverado (gracias Toni). A algunos les puede parecer copia, a otros, homenajes.
El ritmo es bueno. Personajes inicialmente buenos y malos, dejan algunos golpes en los que te hacen reflexionar sobre su realidad más allá de donde la película los sitúa rápidamente, como la ambigüedad del periodista. Y es que todos los blancos y todos los negros tienen su parte de gris.
Así pues, no podemos hablar de una película totalmente blanca. Personalmente, le pueden buscar el gris en su dosis de sangre, y le puedo buscar el gris en un exceso de planos de la Montaña de Montserrat que pueden marear hasta al piloto del helicóptero. Pero no va a ser ninguna mancha a mi (parcial) opinión de la película y su transcurso, entretenida, con marcha y, muy importante, sin tomar bando a la hora de discutir en qué idioma hablaba Bruc: puedes elegir una sala u otra para satisfacer ese detalle.
No hay que perdérsela. No hay peliculas de este estilo por nuestras tierras, y aquí tenemos una a la altura de las circunstancias, bien hecha y muy bien trabajada por uno de los que pasa por rmi escalera. Agradecimiento y gratitud por poder ser partícipe de la misma.
Y muchos éxitos para todos sus participantes.
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