29 agosto 2006
La sombra de la sospecha
Uno nunca sabe que es lo que se va a encontrar cuando rastrean la vida privada de la gente que vive "en el candelabro". Me parecio interesante ver como trabaja el sistema de seguridad de un presidente, como estan atentos a cualquier cosa que pasa en 100 metros a la redonda y después se despistan no coriendo unas cortinas que provocan una trama que podría haberse rebuscado un poco más.
A pesar de ello, la película te mantiene en vilo. Los malos dan la sensación de saber mucho y de ser muy malos. Después te decepcionas un pelín. Los buenos son implacables con las medidas de seguridad, pero se les cuela cualquiera entre líneas. Y los malos, no sabemos de donde vienen ni a lo que van... Bueno, se supone que por la pasta que alguien les da.
Douglas, Bassinger, Sutherland. Nombres ilustres que, como todo treintañero que juegue en el Madrid, ya lo han hecho todo en este mundillo. Quizás por eso nos hizo más gracia la Longoria; o quizás no fue por eso.
Y también destacar lo maravillosas que son las Blackberry, lo bien que le hubiera ido una de ellas a "El Fugitivo". A pesar de ello, la película te mantiene en vilo... Hasta el final, esperado y resuelto sin ninguna sorpresa reseñable.
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