16 noviembre 2005

Tu no has venido aquí a cenar !!! - part II

No se ha hecho esperar la reacción desde el otro lado, y con los permisos pertinentes del autor de la foto aquí dejo constancia de su respuesta.
(Más me vale pedir permiso, que como me caiga encima el peso de la ley ...)

Charlie dixit:

Dicen que Brummel se la juega en las distancias cortas.

Si hacemos un ligero ejercicio de memoria, hasta recordaremos un anuncio de algún que otro perfume en el que ella –guapa- deja caer suavemente y con disimulo un pañuelo de seda para oler la fragancia que él –guapo, supongo- lleva extendida por toda su piel para encender, solos en la plazoleta, alguna chispa que otra.

Hubo una vez en el que –el wei referido- quiso hacer de protagonista, pero las circunstancias no fueron las idóneas: recibidor de metro por metro cuadrado, emparquetado, un armario de madera, puerta baño a mando derecha y en frente puerta salón -comedor-dormitorio, ella – guapa, lo único que coincide con el anuncio-, él (o sea, el wei) –resultón a mucho estirar y gracias-, de solos nada (bajo la presión de 6 ojos –sobretodo de 2-) y, nota diferencial de importancia, dos botellas de buen vino tinto - aunque no eran Jean Leon Cavernet Sauvignon cosecha 1997-, Riojas a buen recordar, junto a un Zumosol en una bolsa de plástico que no debería haber pasado el control de calidad.

En cuestiones de infortunios, la amiga mala suerte, mi amiga y mi rival, quiso coincidir en el momento de la salutación, aunque cogió protagonismo absoluto en los instantes siguientes, aquellos momentos en que todavía tienes una sonrisa dibujada en tu cara.

Es aquí cuando lo del anuncio ya es pura fantasía y la realidad coge otros derroteros: el pañuelo, digo una de las dos botellas, no se deja caer: la muy g….. se abre paso poco a poco introduciéndose por el orificio que se origina en uno de los extremos de la p… bolsa. De repente, una ligera sensación de llevar menos peso añadido a la transformación de la bárbara sonrisa en estupefacción, me hacen entrever que algo ha ocurrido.

Prefería no mirar al suelo –por varias razones-, pero alguno ya te empieza a mirar más diferente y mis ojos –y mi olfato- ya perciben una mancha enrojecida que se extiende rápidamente por todo el recibidor. Atónito miré la bolsa, la p… bolsa. Todavía quedaba otra en pie dentro, con el zumo, así que, para evitar otra nueva versión petergabrieliana –Red rain is coming down all over me- propuse a alguien que me salvara de la segunda planta del infierno.

Mi curso acelerado de fregona entremezclado con balbuceos de disculpa se vieron vencidos en algunos instantes por la provocada hipersudoración bajo axilas, de la frente, … ¡hasta mis uñas sudaban!Ella, cómo no, se ofreció reiteradamente a una ayuda balsámica de solidaridad fregonera mientras me preguntaba por un tobillo esquinzado del que ni me acordaba. Los 6 ojos seguían mirando – 2 ya estaban más tranquilos- y el amigo ojalancio me echaba capotes a base de acertados comentarios sacando hierro al asunto.

En la plaza, a tirar los restos en el primer container que viera, el aire hizo que me reanimara.

A la vuelta conocí el resto de la casa.Lo demás, ya sabéis, cena de categoría –felicitaciones al chef- acompañado…de una botella de vino tinto.

Y concluye con:

Para quienes queráis saber la verdad, lo que realmente sucedió en la cena, podéis conectar con las siguientes weblogs informativas de nuestros amigos:

www.jucasel.blogspot.com
www.atticusbcn.blogspot.com
www.ojalancia.blogspot.com

Allí sabréis cómo fue la cena pero os envío un anticipo de cómo son las comidas...



Abrafades,

Carles

2 comentarios:

Ernesto Frattarola dijo...

A la vista de la foto, se pueden deducir dos cosas:

1.- Era tortilla.
2.- Estaba buenísima.

jucasel dijo...

Pifias Monumentales ante Monumentos - EPISODIO 1