Nunca fui un jugador de fútbol destacado. De pequeño hacía como la mayoría de mi generación, y como me gustaba y le echaba ganas, tenía la suerte de estar de la mitad para arriba en el grupo de los elegidos para un equipo en el patio. Bocatas, pantalones y zapatos rotos, y alguna rascada con la que a veces te ibas a casa, en la piel o en el pantalón. Y a veces no sabías cuál era la que iba a doler más al llegar a casa.
#PeroNoNosVayamosDelTema, que al principio jugaba poco en serio e iba viendo como mis colegas futboleros se abrían paso en aquellos campos y equipos de Dios. Yo me quedan cerca de casa y no pienso explicaros el porqué. También miraba partidos, hacía estadísticas y jugaba en lugares muy controlados.
#PeroNoNosVayamosDelTema, que aquello duró lo que duró y luego me metieron en el vicio y ya no pude parar. Desde la categoría escolar miraba con envidia la Catalana y al final, no se me resistió y acabe teniendo una de esas fichas que te daban con tu foto marcada con el sello del equipo. Sé que tengo alguna por casa, así que el día que la recupere hago un update.
#PeroNoNosVayamosDelTema, porque yo no era un jugador polémico pero debo reconocer que alguna vez me las había tenido con los árbitros y había acabado partido antes de tiempo por discrepancia de opiniones con ellos.Una vez fui expulsado por decirle a uno "Venga, tres pasitos y todos contentos", y en la Federación aún se deben estar riendo. Santa Coloma, finales de los 80 diría yo.
#PeroNoNosVayamosDelTema, que ante alguna que otra injusticia y tras bastantes temporadas comiendo tierra, se nos ocurrió una forma de "agradecer su labor" al árbitro sin expulsión: un balonazo sin querer, perpetrado básicamente al sacar una falta rápida y querer enviarla a alguien con una trayectoria lógic que coincidía justo por donde el árbitro pasaba en ese momento. Un grito indicando a qué jugador (no) iba el pase solía ayudar a que la cosa funcionara. Tenía su componente de riesgo si tu actuación posterior no tenía la suficiente credibilidad o si tus compañeros de equipo no se aguantaban la risa. En más de una ocasión una risa fuera de tiempo ha conllevado efectos colaterales no deseados, dentro y fuera del fútbol.
#PeroNoNosVayamosDelTema, que tengo dos trofeos de estos con testigos, y los dos en el mismo campo, con reacciones diferentes. En una me faltó poco para irme al vestuario y en la otra, menos profesional, el árbitro se creyó que fue sin querer. Incluso me pidió disculpas por haberse puesto en medio. Y también recuerdo al co-inventor haciendo peticiones especiales. Era un trabajo colaborativo. Cuando íbamos de pique, nos decantábamos por concursos menos trascendentes, que si no luego no te concentras.
#PeroNoNosVayamosDelTema, Hoy he visto una innovación disruptiva del tema en cuestión: Óscar Melendo dando un palo al árbitro y ha parecido un accidente. Casi he llorado de la emoción. Lo he comentado con mi coinventor y me ha logrado el vídeo, que aquí teneis en un poco de exclusiva.
He de reconocer que no hubiera podido jamás ser tan estilista como Melendo, que ya ha tenido en la red admiradores. De algunos que he visto, éste me ha parecido el mejor, y por ello lo he retuiteado:
La entrada más dura de toda la carrera futbolística de Melendo ha sido a un árbitro. #rcde
— Esteban Nieto (@nieto11) October 21, 2020
Tengo que aceptar que ya he jugado todos mis grandes partidos, pero no me canso de verlos para disfrutar de detalles como éste, que me devuelven al mundo de mis batallitas.
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