08 octubre 2007

Pongamos que hablo/pregunto de/sobre fútbol

Hoy he compartido un excelente jamón y queso con, entre otras grandes compañías, una asistente al concierto de Serrat y Sabina del pasado sábado, desde donde también recibí la llamada previa de mis nostálgicas y queridas compañeras de mis primeras aventuras yanquis.

La información que me ha facilitado es repetitiva de otras actuaciones en la ciudad: Sabina salió con la camiseta del Barça y Serrat con la del At. Madrid. Os podeis imaginar mis preguntas al aire:

¿Y si Sabina hubiera sido merengue, Se hubiera puesto Serrat su camiseta?

¿Y si Serrat hubiera sido perico, se hubieran también intercambiado, perdón, mostrado las camisetas?

También pregunté a mi interlocutora si habían hablado (o mostrado) durante el concierto algo (alguna cosa) sobre lo bien que se lo pasaron viendo la faena de José Tomás ... Creo que no hace falta poner la respuesta.

Hoy como caliente, pago mis impuestos, tengo pasaporte,
Pero algunas veces pierdo el apetito y no puedo dormir
Y sueño que viajo en uno de esos trenes que iban hacia el norte.
Cuando era más joven la vida era dura, distinta y feliz.

4 comentarios:

Atticus dijo...

Y sin embargo... un concierto de ellos sin esos detalles es una embajada.

Ernesto Frattarola dijo...

Pero unos tíos con su prestigio, ¿qué necesidad tienen de hacer estas payasadas?

Atticus dijo...

Parte del prestigio se lo han ganado a base de estas payasadas... A mí también me parecen un cúmulo de paridas, pero no deja de ser puro marketing.

Ernesto Frattarola dijo...

Bueno, son formas de verlo. Para mí, tienen un prestigio enorme ganado, básicamente, a base de decenas de obras maestras musicales. Son dos genios, y por eso nadie hubiera echado de menos el numerito si no lo hubiesen montado. Con sus canciones bastaba (y sobraba).