22 julio 2006

Rueda de prensa final - "Me gusta el fútbol"

Una de las sorpresas de este verano en el entorno local ha sido el cambio de equipo de un futbolero que había estado toda su carrera profesional defendiendo los mismo colores desde sus inicios.

Cuentan que realizó un rueda de prensa final que nuestro Departamento de Comunicación ha podido recuperar de modo íntegro.

Y aquí la dejamos para información de nuestros lectores:

Hola a todos

Os he convocado a esta rueda de prensa para comunicaros oficialmente que el día 24 de julio dejo de pertenecer a la disciplina de este club, en el que he jugado durante algo más de 12 temporadas.

Queda muy lejos aquel inicio como chavalín procedente de la cantera que fue recomendado a los técnicos como una promesa en ciernes. Pero es de sobras conocido lo que le pasa a un jugador que no ficha el técnico, así que mis primeras temporadas fueron de chupar banquillo, de salir al campo pocos minutos o en partidos poco importantes. A pesar de ello, fueron temporadas que se llevaron con la ilusión del que empieza y espera que en partidos y temporadas posteriores lleguen mejores oportunidades. Hasta entonces aproveché y aprovecharon mi capacidad ya destacada de jugar en distintas posiciones del campo y bajo las órdenes de cualquier capitán y entrenador que me colocasen.

Temporada a temporada los minutos jugados iban engrosando mi estadísticas, se incrementaban el número de partidos importantes y las funciones de responsabilidad en el campo, ¡hasta una vez me subieron la ficha! Eso sí, no hubo manera de llevar ni de modo provisional la manija de algún partido. El carácter propio y el ser de la casa hizo que uno aceptara cualquier posición en el campo, sin importarle que el protagonismo de los puestos clave se lo llevaran figuras ya contrastadas en base a su rendimiento en el equipo o llegadas a golpe de talonario de la mano de los entrenadores y managers correspondientes.

En todas las temporadas hubo buenos y malos partidos, buenas y malas rachas y buenos y malos capitanes. Hubo incluso una pequeña competición a la que fuimos con pocos recursos en la que lleve un poco el cotarro, pero al final desapareció o la dejaron desaparecer. Y hubo un momento de apuesta por la cantera, eso que la competición en la que nos vimos involucrados nos llevó a empezar y terminar con pesos pesados de la plantilla, pero quizás muchos olvidaron que, durante gran parte de dicha competición, el peso fue llevado por canteranos y, sinceramente, no era la competición más apropiada para dejarlos al mando y solos. Se sufrió cual equipo espanyolista durante toda la parte decisiva de la temporada, Y se salvó con más pena que gloria. De hecho, dicha campaña quedó marcada por el abandono del club por parte de los dos pesos pesados que iban a afrontar la competición como cabezas visibles. El que la inició abandonó antes de entrar en la fase más decisiva. El que la terminó, acabó fichando por el equipo rival contra el que tanto habíamos sufrido. ¿Le convenció su rendimiento de esa temporada? Me recuerda el caso de aquel que estuvo toda la temporada en otra competición y llegó cuando la parte más difícil se había terminado, y no con poco sufrimiento por nuestra parte. Eso sí, en esos momentos y sin tanta presión competitiva tomó la manija y bendijo los nuevos refuerzos que me sustituyeron.

Para otros futbolistas, al menos en mi caso, aquello pareció ser Leverkusen. Desaparecí de los equipos titulares, y mi papel se desenvolvió al de comodín en aquellos partidos en que hacía falta. Malos tiempos para solicitar esas revisiones de ficha que nunca llegaron. Tampoco habían ofertas de traspaso, y sí una serie de cesiones para jugar competiciones nacionales y extranjeras. Esas cesiones se pueden calificar de positivas porque tuve los minutos que no hubiera tenido en la competición local, jugando de comodín, pero reivindicando de nuevo competiciones en las que capitanear el equipo.

Vinieron cambios en los dirigentes. El Presidente y máximo accionista cambió, y eso empezó a desatar la fiebre de traspasos. El propio máximo ejecutivo del club acabó fichando por mi Leverkusen particular, del que parece nos hayamos convertido en un filial estilo Espanyol – Depor. Los Presidentes, ejecutivos y mánagers tomaron acento frances o acentuaron a los que quedaban, que ya no pareciamos vivir en el mismo equipo que nos había fichado. Cambiaron la filosofía del juego y del equipo. Los fichajes se sucedían con demasiada rapidez y para competiciones muy concretas que una vez finalizadas, dejaban una plantilla demasiado amplia y descompensada, que obligaba a dar bajas o a tener a jugadores a disgusto condenados al entrenamiento de cada día sin un solo minuto de competición. Los veteranos optaban por equipos más acordes a sus características de juego.

Estas descompensaciones de plantilla también me afectaron, y me relegaron al banquillo en más de una ocasión. Una vez incluso al pedir el cambio para preparar mejor la siguiente competición, provocó que no quisieran revisar mi ficha porque no había llegado a un mínimo de partidos jugados establecido por ellos que así lo permitieran. El archivo .xls con las estadísticas de minutos jugados, pases, goles, puntuación, era la Biblia del jugador para nuestros dirigentes. Mis salidas al campo se reducían entonces a sustituciones polivalentes por lesiones más o menos graves, o en competiciones que poco se adaptaban al futbol que había desplegado desde mis inicios profesionales.

Los agentes empezaron a moverse, las ofertas iban apareciendo. Se produjo la oferta de rescisión por parte del máximo ejecutivo, que ya miraba más su futuro fuera que dentro del equipo. La oferta era lamentable, pero me animó a escuchar con más atención el mercado. Iba jugando mis minutos de mayor o menor importancia y estaba a gusto con mis compañeros de equipo. Y sucedió lo que algunos medios apuntaban. Hubo una oferta buena y seria, de un equipo que había visto mis informes y algún que otro partido, y han conseguido despegarme de mi equipo de toda la vida, del que poco queda de lo que se inició: solamente quizás un puñado de grandes e ilustres veteranos que siempre han estado al lado de los jugadores que ha ido pasando por aquí, como el que ahora os habla.

Tampoco puedo olvidar mencionar a todos los compañeros que han ido jugando partidos conmigo, y con los que hemos formado plantillas de mayor o menor calidad, pero siempre unidos a la hora de saltar al campo y luchar los 90 minutos, a pesar de que muchas veces ni el campo estaba en condiciones ni el entrenador conocía ni quería conocer a los jugadores: solo jugar por cobrar las primas.

Ahora, una nueva etapa en un nuevo equipo, con las ventajas e inconvenientes que ello conlleva., con la ilusión de arrancar nuevas temporadas llenas de competiciones, esperemos que nacionales e internacionales, y también con la esperanza de poder jugar en posiciones de más responsabilidad en el campo. Eso sí, pendientes también de partidos en los que no juegues donde te gusta y acabes haciendo de comodín o de Gatusso, poco espectacular pero siempre dando buen rendimiento. Conozco un futbolista que dice aquello de “Hoping for the best, but expecting the worst”. Siempre puedes acabar con entrenadores que no te hagan jugar o te hagan jugar en campos no aptos para la práctica del fútbol.

Pero como dijo un entrenador muy famoso en el mundillo europeo “Fútbol es fútbol” y a mí, como diría aquel cantor cuyo nombre se ha perdido, “Me gusta el fútbol”.

Nos vemos por esos campos de Dios, ojala que jugando finales, aunque nos toque defender distintas camisetas.


Gracias y hasta siempre.

No hay comentarios: