20 mayo 2006
Burt Munro
Ahora que Nueva Zelanda está un poco más cerca, ha aparecido por sorpresa una película de ese país en mi pantalla, solitaria ella al hallarse en el mismo lugar y a la misma hora del estreno de la del Da Vinci. Y buscando entre las casualidades con lo de Nueva Zelanda, me atrevo a darle una pequeña calificación de pastelosa …
Es un cuento de hadas en el que todo empieza y acaba bien, con personajes típicos de películas de color rosa. Dan ganas de ir a los USA con lo bien que se portan con uno los taxistas, los travestis, los heróes de la velocidad, las rancheras de los caminos… Hopkins está muy fino en el papel. Le pega. Le echa un aire de veterano nostálgico y con ganas de vivir que según como te pille no te da demasiada credibilidad.
A pesar de todo esto, la película entretiene. A mi me dio un aire del Capitan Sky, pero sin duda mucho más realista dentro de ese tono de tebeo pastel.
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