Vaya por delante que voy a tratar de evitar partidismos futboleros, pero he de reconocer que el Barça en este momento (y algunos años atrás) es un caso de estudio para ver cómo se va a tratar la era Post-Messi. Y antes de empezar a pensar un poco más, un poco de esa teoría de analizar los datos del pasado para la previsión del futuro para la ayuda en la toma de decisiones. ¿Daría este tema para un poco de AI?
De la evolución del Barça en los últimos años podemos sacar algunas lecciones para el mundo de la empresa. Pero sin exagerar porque la analogía entre el fútbol y la empresa tiene sus límites.
Cierto, pero al final, hay que tratar muy empresarialmente a los equipos de fútbol en muchos ámbitos de su gestión. Yo casi que el social sería el único que trataría con cierta diferencia.
Lo que rodea a un club de fútbol de este nivel no tiene parangón corporativo posible. No hay duda de que el Barça viene de escribir el ciclo más glorioso de su historia. Los culés hemos disfrutado como nunca. El Barça de Guardiola y algunas temporadas más ha sido, con el Milán de Sacchi, uno de los mejores equipos de la historia: seguramente con el Ajax de Cruyff, el Brasil de Pelé y el Real Madrid de Di Stefano.
Y los no culés os hemos sufrido como nunca. Pero más allá de las campañas publicitarias extras que hemos sufrido, los ciclos deportivos no son todos iguales, aunque muchos tienes ciertas cosas importantes en común. Por cierto, la Quinta del Buitre también podría incluirse, pero quizás los del Barça la teneis demasiado cerca.
¿Qué ha podido pasar para que un equipo estelar como ninguno caiga en la mediocridad? Pues lo mismo que ha sucedido a muchas empresas, que de tanto relamer sus glorias, hoy ya no existen o viven muy disminuidas.
1.- La importancia de la consistencia. Las empresas son consistentes cuando saben imponerse a sus propios éxitos de un modo sostenido. La consistente es adaptarse. Lo inconsistente es exprimir inercias que fueron gloriosas en el pasado pero que no podían ser eternas.
No adaptarse, no saber gestionar los éxitos que vienen del pasado con la adaptación a un mundo que cambia lleva al desastre. No tener tiempo para innovar y, sobre todo, no tener una organización preparada para innovar y adaptarse es letal a medio plazo.
Siempre buscar esa innovación. Y no digo que el Barça no lo haya probado con Neymar, Dembelé, Coutinho. Entonces igual el problema no es la innovación sino en manos de quien la dejas.
Igual que el Barça ha fichado con pésimos resultados en los últimos años con fiascos descomunales. Hacer tonterías es un síntoma de nuevo rico y esto que no se entendería en organizaciones de larga trayectoria, en cambio, es bastante frecuente, también en las empresas. A las empresas también las matan sus tonterías.
Sí. Pero el modelo del Barça de tener siempre al (casi) mejor del mundo puede que deba ser ya cambiado y tratar de hacer una base con equipo. La selección española no ganó tantos títulos como el Barça, pero no está nada mal. Y tal vez hay que buscar ese modelo. Y si encima te viene un Messi, mucho mejor.
En nuestro caso, gestionar la riqueza siguiendo un modelo no ha sido llevado a cabo. Demasiados bandazo a costa de tener pasta para ir haciéndolos. Y si se piensa en un modelo y a partir de ahí, si nos aparecen Tamudos, Gerards, Baillys, Jordans, gestionarlo de modo que los podamos disfrutar mejor.
Pero con el tiempo la autocomplacencia fue más importante que la humildad. Ya no eran aspirantes. La humildad cimienta los equipos mucho mejor que la arrogancia. Las empresas necesitan un Puyol que ponga a cada uno en su sitio en el vestuario y que recuerde que, por encima de las individualidades, hay un propósito que las trasciende.
Está demostrado que Puyol cerró una generación de futbolistas. Era el clásico con el que no podías meterte, porque su actuación siempre era ejemplar. ¿Dónde está ahora el Puyol del Barça? Igual no es tan mala idea recuperar a un Eric García o subir a un Monchu para ver si son capaces de ir ejerciendo ese rol.
Estar en el Barça hace mucho daño en ese sentido. Y en un Barça triunfador, aún más.
4.- Junto con la pérdida de la humildad se pierde este plus de esfuerzo que da la velocidad en el campo de juego o la agilidad en la empresa. Sin esta punta de agilidad diferencial las organizaciones se vuelven mediocres. La diferencia está en los detalles y en el nivel de autoexigencia. Gente de primer nivel deja de dar los resultados de antaño por detalles. Ya sea con un entrenamiento menos o un pedido que no se pasa porque se hizo tarde y porque ya hay muchos pedidos.
Este trabajo de detección es muy importante. Al verlo, actuar sobre ello. Si el feedback es positivo trabajar para que no se rebaje. Si es negativo, es momento de inflexión.
El esfuerzo inteligente y la autoexigencia es la base de detalles que devienen trascendentales. El esfuerzo y el hambre de ganar (o de vender). Sin hambre, la decadencia está servida.
Es muy peligroso el acomodamiento. Y en este mundo donde los pequeños detalles mandan, qué poco cuesta perderte. La gestión del hambre: hay que mantenerla dentro de un grupo. Si la mayoría no la tienen tenemos un problema.
En nuestro caso: el balanceo de la última temporada, donde se pierden a jugadores con hambre y a los que deben tenerla, por juventud o por falta de recorrido, no se les encuentra es muy sintomático.
5.- La importancia de los equipos. Se da el caso de muchos altos directivos de empresa que pasan a ser incorporados como fichajes estelares por otras empresas. En pocos casos los resultados son los mismos. Porque sin dudar de su valía, los resultados conseguidos eran fruto del momento especial que vivía todo un equipo de gente a su alrededor. Revivir este momento especial en otro lado es muy difícil.
Vean, por ejemplo, lo mucho que le ha costado triunfar a Guardiola. por seguir buscando ejemplos en el fútbol.
Tener al mejor jugador de mundo, como es Messi, no garantiza la excelencia sino tiene alrededor un momento de equipo. Tener “Messis” lo que te garantiza en el Barça o en cualquier empresa es que la decadencia sea mucho más lenta y que su genialidad maquille la mediocridad emergente.
Hace años que el Barça es Messi y lo que quiere Messi, y ese es es su gran error. Yo me equivoqué y pensé que duraría menos, como pasó con Ronaldo, Rivaldo, Ronaldinho. Pero era más fácil hacer su voluntad mientras vaya ganando títulos y dando espectáculo que detectar la inflexión y actuar sobre ella. Ahora es tarde. Puede haber un golpe de suerte y acertar en el primer año de la nueva era, como pasó con Guardiola, pero sea como fuere, nadie debería esperar nada el primer año, tan solo ver una evolución positiva de acuerdo al plan que se quiera ejecutar.
En nuestro caso, y salvando todas las distancias: Tamudo y compañía puede que mandaran demasiado. La evolución con Pochettino no fue mala, aunque quizás luego fue él el que se "Tamudizó". Pero los ciclos en casos "no de éxito" no son tan largos, porque ahí sí que se ve aquello de "innovarse o morir".
6.- Abandonar la fórmula genuina acostumbra a llevar al desastre. Coca-Cola lo probó y lo pagó muy caro, aunque después supo aprender.
El Barça abandonó su modelo basado en la cantera, en su famosa Masía. Es un modelo consistente si tiene líderes consistentes que sepan explicar que es una apuesta ganadora en ciclos largos, aunque implique crisis coyunturales. Es como en las empresas, cuando tienen una propiedad consolidada buscan trayectorias de rentabilidad a largo plazo y saben que habrá años malos pero que los ciclos serán buenos. Innovan porque quieren perdurar.
"Habrá años malos pero los ciclos serán buenos". Esta frase es la que se debe tener en cuenta en proyectos de este tipo. Si estas en un ciclo, no puedes romperlo todo porque un año no haya habido buenos resultados, pero ese es el típico miedo de la poltrona. Si quieres el bien de tu equipo, tienes que arriesgar que tu puesto no esté seguro, y eso nos cuesta a todos.
En nuestro caso: si consultáramos a los socios del modelo de club, seguro que habría mayoría pensando lo mismo: cantera, gestión de talento, no tirar la casa por la ventana... Sobre esas bases, innovar. Y si los resultados no son buenos pero el trabajo está bien hecho, seguir.
Cuando en una empresa entra un fondo de inversión todo son resultados a corto plazo, lo cual acostumbra a acabar en desastre. Las bases de la empresa, de su modelo genuino de negocio se abandonan y todo es a corto plazo, del mismo modo que el Barça ha abandonado su modelo de Masía por un resultadismo miope.
Nadie trabaja ya a largo plazo. Pero es que hay un negocio enorme dedicado a esa temporalidad. Por ejemplo, el de los agentes en el fútbol. Al año, si los resultados son excelentes, ya busco otro equipo mejor mientras pido aumento en el que estoy. Y si son malos, ya busco equipo y digo que me dejen ir en el que estoy. La banca gana.
Hay excepciones que funcionan. Tal vez son las que hay que estudiar: Liverpool, OL, Leipzig...
Cuando no haces caso de las señales, cuando te sientes por encima de todo, el estrépito de la crisis es innegociable.
Muchos esperan a irse cuando llega el estrépito, muchos no quiere venir cuando ver venir el estrépito. Y otros se van del tren antes de que descarrile. Puede que Guardiola fuera de lo míos y viera esta caída antes de lo que ha ocurrido; pero es que Messi ha sido más Messi de lo que pensábamos, verdad Pep?
8.- Gestionar el talento en contextos de grandes éxitos empresariales o deportivos es muy complicado. Pero las organizaciones de talento son fluidas, cuando se vuelven estanques con poca renovación, declinan.
Es quedarse en la cima y disfrutar de ella. Para qué nos vamos a poner ahora a pico y pala de nuevo. Y la evolución ni es fácil ni nadie se atreve a capitanearla.
El talento se demuestra con resultados por encima de la media siempre, en cada partido, en cada proyecto u operación corporativa, el talento no es hacer tres grandes partidos es dar resultados siempre.
El problema es que se confunden los títulos con los resultados a nivel de gestión. Para un aficionado, no le hables de balances sino de Copas de Europa. ¿Proyectos? ¿Operación qué?
Gestionar el talento enorgullecido de triunfos o el talento que no se adapta es gestionar pronto el no-talento. Las empresas son el resultado de la suma de talento, que nos hace competitivos, y buena gente, que hace que los equipos vivan momentos memorables humanamente hablando.
La llegada del no-talento no viene de esta temporada, pero no hay peor ciego que el que no quiere oir. Y es que con un escudo como Messi, ya puedo dejar que crezca el no-talento hasta que se haga insostenible. Pero lo que tienen que asumir ahora muchos es que es la "Hora Dels Adeus".
Cuando en una institución hay más engreídos que buena gente todo se tuerce. El talento no es permanente.
9.- Las empresas en su éxito se expanden. Esta expansión necesita de una muy buena coordinación, y así, llenas de buenas intenciones crecen y se multiplican burocracias que tornan cualquier decisión sinuosa, compleja y llena de intereses que a veces poco tienen que ver con los clientes o con el propósito corporativo.
Los grandes clubs acaban siendo burocracias tupidas y redundantes. Muchas grandes empresas también.
Las burocracias se alejan de la centralidad de los clientes, son gente que piensa exclusivamente en que su parcela esté bien gestionada y esta y no los clientes es su preocupación prioritaria. Las burocracias acaban diluyendo el alma que hizo grande a las empresas o las instituciones, pero dicen que es sin querer.
No creo que el problema actual en el Barça sea de burocracias, a no ser que se hable de burocracias dentro del primer equipo de fútbol. Por eso me salto párrafos. La burocracia no es la que impide poner el cascabel al gato o prevenir ciertas cosas que se ven venir más tarde o más temprano.
El Barça nunca más tuvo un líder como Puyol en el campo o como Guardiola en las decisiones. Muchas empresas deterioran sus liderazgos en luchas de poder y después no entienden cómo siendo tan buenos, cómo habiendo hecho cosas tan importantes, las cosas puedan torcerse y llegar a ir tan mal.
Puyol se fue por motivos no corporativos, pero no pudo dejar un legado bien orientado, con un sucesor digno. Guardiola hizo como aquella canción de Los Secretos, que se bajó del tren antes de que descarrilara. Te juro que era buena chica...
En nuestro caso también hemos perdido líderes. El último, Gerard Moreno. probablemente no lo podríamos haber aguantado, pero tendríamos que haber luchado un poco más. Salvando todas las distancias, "Messi ha hecho un Tamudo", pero en el equipo de la ciudad de al lado no hubo un Pochettino que se atreviera con Messi. Es que eso no era fácil, desde luego.
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