Dice uno de los protagonistas que hasta 30 años después de dejar ATARI no descubrió lo que "quería ser de mayor". Lo que hizo antes en ATARI dudo que fuera algo de mayores, porque todo ese mundo es un juego, puede que no de niños, pero lo que eres cuando juegas, ¿Qué es?.
Tampoco hace falta ser un lince para descubrir que el que escribe era uno de los que tuvo una ATARI y que fue un fan total de aquel mundo y aquella época. Nunca se sabe si, con otras capacidades, entorno o características, uno se hubiera metido en ese mundo de otra manera. Pero ahora simplemente sigo siendo un friki de ese tema, y es que juntar en una misma película ATARI y Alamogordo ya me da para unas cuantas batallitas. He pasado por allí un par de veces y espero volver con la excusa de enseñarle a Clara White Sands. A ver si para entonces ya hay un museo del tema en Alamogordo.
Documental para frikis, realimentado hace poco con el "Ready Player One", que no conocía hasta ver la película y que evidentemente me emocionó cuando tanta trama se había montado alrededor del Adventure, mi juego favorito de esa plataforma.
Si eres ochentero no te puedes estar de verlo, e identificarte con algunos de los personajes y verte allí viendo las excavadoras como cualquier obra de la Línea 9, y pensar que sería uno de ellos si hubiera sido posible, igual que en esa convocatoria en Facebook de "Regreso al Futuro" esperando en el reloj de la Torre el 21 de octubre de 2015.
Y no le quitemos tampoco mérito a los pinitos que hizo en el tema musical. Pero eso ya es otra historia que quedó fuera de mi presupuesto y mis conocimientos objetivos.
Me quedo con dos imágenes del documental: El primer pingüino y el guiño al Arca Perdida.
El primer pinguino:
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