Y a veces piensas que por qué te embolas en estas cosas a estas alturas, pero luego llegas, te colcoas donde puedes y te pones a cantar como si no hubieran pasado tantos años desde la primera vez que los viste. Y te acuerdas de ese tequila por cada duda, de ese déjame que nunca sabes cuando va una estrofa u otra, de ese nada que nunca cantan, y de tantas otras veces que te ha tocado correr por su culpa.
Da igual, chicos. Todo compensado.
Gracias por elegirme
Por cuidarme tanto y por no irte
Gracias por no decirme
Todo aquello que me pone siempre triste.
Por cuidarme tanto y por no irte
Gracias por no decirme
Todo aquello que me pone siempre triste.
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