MINUTOSMUSICALESMENSUALES
Suelo acostarme a esa hora
en que luna y sol disputan,
entre la noche y la aurora, y aún trabaja alguna puta.
Y el carmín desaparece por los besos despedidos
de quien no les pertenece y se olvida del olvido.
Y abren las panaderías y cierran las discotecas,
y se atasca la Gran Vía y los sueños se hipotecan.
Y los jefes son los jefes que no pueden ser en casa,
la pasión se desvanece, la razón resulta escasa.
Y se cruzan dos vecinos que, confusos, se saludan,
uno huele a charla y vino, otro, a sábanas que dudan.
Si plantar cara a la vida, o volver a arrodillarse,
ser una bala perdida, o una que va a alguna parte.
A esa hora en que en la SEAT se marcha el turno de noche,
las feas no son tan feas cuando suben a tu coche.
Y en el bar el camarero enciende la cafetera
y se para un camionero en la puerta del Riviera.
Y se cruzan dos vecinos que, confusos, se saludan,
uno huele a charla y vino, otro, a sábanas que dudan.
Si plantar cara a la vida, o volver a arrodillarse,
ser una bala perdida o una que va a alguna parte.
O una que va a alguna parte.
A esa hora en que mi olvido no hace más que recordarte
entre la noche y la aurora, y aún trabaja alguna puta.
Y el carmín desaparece por los besos despedidos
de quien no les pertenece y se olvida del olvido.
Y abren las panaderías y cierran las discotecas,
y se atasca la Gran Vía y los sueños se hipotecan.
Y los jefes son los jefes que no pueden ser en casa,
la pasión se desvanece, la razón resulta escasa.
Y se cruzan dos vecinos que, confusos, se saludan,
uno huele a charla y vino, otro, a sábanas que dudan.
Si plantar cara a la vida, o volver a arrodillarse,
ser una bala perdida, o una que va a alguna parte.
A esa hora en que en la SEAT se marcha el turno de noche,
las feas no son tan feas cuando suben a tu coche.
Y en el bar el camarero enciende la cafetera
y se para un camionero en la puerta del Riviera.
Y se cruzan dos vecinos que, confusos, se saludan,
uno huele a charla y vino, otro, a sábanas que dudan.
Si plantar cara a la vida, o volver a arrodillarse,
ser una bala perdida o una que va a alguna parte.
O una que va a alguna parte.
A esa hora en que mi olvido no hace más que recordarte
1 comentario:
Sin haber escuchado la canción, me quedo con esas sábanas que dudan, y con ese verso maravilloso: "las feas no son tan feas cuando suben a tu coche". Inmortal. Pero vaya, toda la canción (la letra, que es a donde yo he llegado de momento) es muy buena. Habrá que seguir al Flaco...
Publicar un comentario