Mientras la iba viendo no paraban de salirme sonrisas con los personajes, los acentos, los paisajes. Y es que uno que tiene sus orígenes por allí, a familiares que aún viven y que han trabajado en fábricas de Roda de Ter, o que han llevado rebaños por esas montañas, y que la palabra beneit la sueltan más que yo pastel, no pueden dejar de pensar en que la abuela de la masía podría ser mi abuela y que, a pesar de que no la he tocado ni de rasqui apenas, la posguerra por esas serraladas de Bellmunt no parecen estar tan lejos de esta realidad encinematografiada. Hasta el niño me es familiar!, aunque en generaciones más cercanas y sin origen en Les Guilleries.
Y encima esa pareja de niños se salen, la pequeña repelente se sale, la Laia Marull se sale, la Nora Navas se sale.. Me gusta la película porque la veo moverse sin demasiadas referencias a buenos y malos de la guerra civil. Estupendos guiños al catalán - castellano de la época sin entrar en "habla cristiano" ni "perros catalanes", ni en debates ni abanderamientos de las lenguas. Y recuerda con bastante "autocrítica" que en nuestra tierra hablamos de la España profunda como si estuviera a 800 km. de casa. Y casi que no. Y otra reflexión sobre que, más alla de lenguas, nacionalismos o ideologías, el ser humano tiene otras "características" por las que caer más bajo.
Quizás mi gusto tenga quejas sobre un exceso de recreamiento en ese ramillete de miserias humanas, y evidentemente no me refiero a aquellas que suscitan polémicas de premios y otras miserias colindantes.
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