El acento francés se pone de manifiesto cuando de una situación tan real como cruda, amelizan hasta llegar a un punto de reconocer que las penas con pan son, o al menos lo parecen, menos penas.
El dibujo animado, las facciones de la protagonista, el humor de cuento. Todo contribuye a ver la situación de Irán, desde los ojos de una mujer con más fortuna que el resto, de un modo entretenido y fuera de lo que una película real podría haber incorporado.
Pero sirva de ejemplo para que, aunque no sea la mejor manera de explicarlo, la situación real sea mostrada a cuanta más gente mejor, aunque sea a traves del cedazo de la ilusión del dibujo. Un gran retrato, Persépolis.
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