Esta recomendación puede venir suavemente adulterado por el estado de ánimo en el que se visitó esta cerveceria de nombre pero restaurante de apellido: Final de partido en Lisboa, y ahora encuentra un sitio para comer. Escuchamos a los del lugar y nos arriesgamos a buscar esta cervecería, llena de gente, muchos de ellos aficionados futboleros. Tras una espera corta comprobamos que la cerveceria merece llamarse restaurante y además, entrar en el selecto club de aquellos lugares que mantienen la cocina abierta hasta bien entrada la noche.
Carnes, pescados y, cómo no, cerveza...
Carnes, pescados y, cómo no, cerveza...
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