Yo que siempre he transitado entre L'Hospitalet, Sants y la Marina, acostumbro a escuchar y a leer en las camisetas de algunos hospitalenses una famosa y, a mi juicio, terrible frase en inglés, como queriendo esconder algo del perverso mensaje que porta: “L’H is not Barcelona”. En efecto, L’Hospitalet ha sido siempre un municipio administrativamente independiente de la ciudad central pero claramente interdependiente de ella y del resto de municipios del Área Metropolitana, como claramente denota la continuidad del espacio urbano que los une.
Cuando el autor sepa el origen de esa frase la vuelva a comentar, y cuando sepa de dónde fue copiada y haga un comentario sobre el original, entonces tendrá un poco más de criterio para los comentarios que hace sobre dicha frase.
Ya puedo empezar aquí con la interdepencia y lo que el autor piense al respecto. Yo sólo sé que el trato que hemos tenido de la ciudad de al lado no merece ni que consideremos el títulos de este artículo, ni a nivel administrativo ni a nivel social ni a nivel personal.
Los apenas 10 km que separan el Ajuntament de Barcelona del de L’Hospitalet ya dan pistas sobre la densidad de los dos municipios más populosos de Catalunya. La capital con sus más de 1,6 millones de habitantes y los 254.000 de la ciudad referente del Llobregat constituyen el núcleo de una conurbación que junto a Esplugues, Cornellà, Badalona o Santa Coloma superan los 2,3 millones de personas en apenas 40 kilómetros de espacio urbano continuado. Barcelona es una ciudad de ciudades que parece no querer reconocerse como tal.
No me queda claro si es Barcelona o toda la ciudad de ciudades la que no quiere reconocerse. Hay mucho barcelonés que le dices de cruzar la Riera Blanca y le da repelús, y sí que hay muchos de LH que querrían ser de Barcelona... Ya sabeis dónde está y cómo se llega... Y hablo de mi ciudad únicamente por respeto y mayor desconocimiento de las otras vecinas de la ciudad de al lado.
Como ya sabemos, la evolución histórica de la urbanización de la capital catalana responde a su proceso de industrialización que, poco a poco, pero especialmente durante el siglo XX, fue colonizando todo el espacio rural del plano de Barcelona, acogiendo a generaciones de trabajadores y trabajadoras que han ido llegando a la ciudad en un flujo constante de migraciones. Un ir y venir que constituye la base de la diversidad cultural de la que hoy podemos presumir. L'Hospitalet es precisamente uno de los mejores exponentes de la riqueza inmaterial de Catalunya con residentes con orígenes en casi cualquier punto de España y del planeta.
Y esos nos da valor y ser un referente, aunque muy pocos lo tengan en cuenta. Su ombligo es más interesante de mirar. Y puede que mirando hacia aquí se aprenda mucho más de lo que se imaginan.
Sin embargo, buena parte de sus habitantes perciben las fronteras que le separan de la ciudad central como auténticos abismos subjetivos que acaban dando la impresión de que los municipios del Área Metropolitana son el patio trasero de Barcelona. Con trazados urbanos sinuosos y caóticos, polígonos densificados, dificultades de accesibilidad o servicios públicos desconectados, la residencialidad de L'Hospitalet respecto de sus municipios vecinos acostumbra a experimentarse como una condición subalterna y, de ahí, probablemente, los complejos que impulsan los deseos de reivindicarse como diferente a la ciudad hegemónica.
El abismo no es porque no tengamos el Plan Cerdá, ni mucho menos. Nos reivindicamos contra el mal trato administrativo, social y personal de la ciudad de al lado. En cuanto se ha podido se ha tratado de revertir esa imagen, y es evidente que en las nuevas urbanizaciones no se han cometido los errores de antaño. Y lo que no voy es a ponerme en esa altura del y tú más señalando algunos barrios de la ciudad de al lado con las mismas características que el autor escribe. Recomiendo visita por algunos de ellos. 
Son numerosos los retos que se deben afrontar a la hora de tratar de cohesionar la Barcelona metropolitana. En políticas de vivienda, ante la flagrante situación de encarecimiento y expulsión vecinal, se hacen más necesarias que nunca planificaciones integrales y sistemas de protección que miren más allá de las fronteras municipales. Pero no es menos urgente una estrategia de empleabilidad y de modelo económico que impida que lo que no sirve para un municipio sí que valga para un kilómetro más allá. ¿De qué nos vale tratar de ordenar el turismo en los distritos de la capital, si se pueden implementar políticas expansionistas apenas sin control en los barrios de L'Hospitalet? Movilidad, red de educación pública, comercio o políticas culturales son hoy en día entendidas todavía desde perspectivas estancas y, desde este punto de vista, se hace mucho más complicada la integración.
Cohesionar es imponer una idea política a todas las ciudades cercanas a Barcelona? Porque esa estrategia no se aplicaba n años antes en Barcelona. Vendrán otros y la volverán a aplicar. Entonces vendrá LH a pedir "estrategias" y nos dirán, "y tú quién eres, suburbio mío"? 
No se entiende Barcelona sin su Área Metropolitana, una ciudad que necesita tener en cuenta a sus vecinos para avanzar en su sostenibilidad y en su cohesión social. Difícilmente se pueden afrontar las problemáticas que hoy se reconocen entre la población barcelonesa sin entender que Barcelona no acaba ni en el Besòs, ni en la Riera Blanca. L'Hospitalet es también Barcelona, como lo es el resto de espacios municipales de este entorno y quizás va siendo hora de tenerlo en cuenta tanto desde el plano administrativo, democratizando el funcionamiento las instituciones comarcales y metropolitanas, interpelando a su ciudadanía y compartiendo todos los recursos que se puedan; como desde el punto de vista subjetivo, reconociéndonos como partes de un todo que nos trasciende. Si somos capaces de reconocer que las ciudades globales son interdependientes del trabajo y el capital mundial, ¿por qué nos cuesta tanto asumir que sin L'Hospitalet, Barcelona sería otra cosa, más pequeña y, sobre todo, más limitada?
Lista de hits para este párrafo de hombre blanco en son de paz:
  • Ahora es demasiado tarde Princesa...
  • Dónde estabais, dónde estabais en los malos tiempos...
  • Y queréis hacer creer que os importa nuestro bien...
Os dejo con una de mis camisetas favoritas: