Una tradición anual, rota el año pasado por la climatología y parcial este año por las circunstancias. Eso sí, sea como fuera, esta vez tocaba. Y en cuanto hubo la posibiildad, a conectar con la expedición que sobre las 19:00 del sábado había salido desde Brafa. Se produjo en Les Fonts, a eso de las 0:30.
Les Fonts - Montserrat: Me quedó muy claro, por comprobación propia de la experiencia, que reducir el trayecto un buen puñado de kilómetros afecta y mucho al rendimiento general. Sí, ya sé que no hace falta ser Einstein para esto.... Y la postura adoptada, muy sencilla: acompañar. Es evidente que no es plan hacer demostraciones de lo bien que te encuentras en comparación con el resto.
Prioridades: Hay muchos sitios donde podría haber estado desde las 22:00 del sábado hasta las 14:00 pero, pese a quien pese, creo que estuve donde tenía que estar. Puede que haya gente que no lo entienda o que sus prioridades fueran otras. Respetado pero no compartido.
Profesionales: Siguen existiendo. Pasan como una exhalación. En los caminos estrechos no te dicen nada pero se te ponen detrás con el pressing. Con algunos funciona, con otros no. Y lo que hay que hacer es ponerte en mediod e ellos y de los que sí funciona el tema.... Pero son solidarios si hace falta, todo hay que decirlo.
Película de la etapa: Noche fresca y con vientecillo: casi que mejor para camnar bien y pararse poco. Número de particpantes mayor que los últimos años, lo que hace estirar al grupo y tardar algo más en las agrupaciones y pausas. Los tocados van cayendo. SOlo el benjamín no llega a Monistrol. El resto, con mayor o menor fortuna, acaban llegando. Y sólo los lesionados se quedan sin hacer la última subida.
Epílogo: Siempre pensamientos para esa gente con la que empezamos a subir, con la que hemos ido subiendo muchos años, y con la que ahora subimos. Y una vez arriba, también pensamientos para todos aquellos que necesiten de una ayudita en forma de promesa o velas a través de unas piernas aún resistentes este año. ¿Y el que viene? Nunca digas.....
1 comentario:
Una noche fresquita y apacible,
unos caminos frondosos por las pasadas lluvias,
un grupo cañero y heterogéneo,
una parada estupenda en Tarrassa,
un reencuentro con viejos amigos,
una experiencia inolvidable...
Lástima que esta vez me quedé al pie de la montaña, con los pies destrozados y con ganas de volver el próximo año.
Gracias a los buenos samaritanos del ISOSTAR, gracias al coche-escoba que me recogió y gracias a los ánimos/oraciones de tantos.
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