Aún sin llevar muy fresca la primera parte, lo que seguro lamenté en algunos de los guiños que esta perícula hace sobre su anterior, cualquier hijo de vecino que se haya animado a ver lo que pasa en el mundo actual puede verla e interpretar el porcentaje de ficción y realidad que lleva encima.
Mucho de videoclip, como si quisiera asemejarse a un Corrupción en Miami para ejecutivos de Manhattan, demasiadas imágenes con montajes de cifras y letras, pero tal vez es lo que creemos que es la realidad actual, del mismo modo que la realidad de la situación actual nos podemos creer que se asemeja en mucho a lo que en Wall Street pasa.
Entretuvo, y hace prevalecer las disputas entre los protagonistas antes que los trasfondos de la economía mundial, a la que nos hubiera gustado ver un poco más vapuleada por parte de una dirección a la que seguro le sobran tablas para hacerlo.
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