08 agosto 2006

Leyendas de Death Valley y alrededores

Como ya muchos saben, para mí este National Park no necesita de estas leyendas para alimentar su fama. Esta es la historia de una familia alemana que se fue hacia el Death Valley más misterioso y desconocido y nunca volvió. Por estas fechas se cumplen 10 años.

Cuatro personas de una familia, en la típica furgoneta alquilada, metiéndose por parajes del Parque que no suelen ser visitados por los novatos. Es de suponer que el espíritu aventurero pudo con ellos y después, las temperaturas, la ausencia de puntos de agua, y ese vehículo que te puede jugar una mala pasada cuando menos te lo esperas.

Y no será porque no te lo advierten los americanos: que si vas a ir muchos kilómetros sin nada de agua ni gasolina donde repostar, que si se te va a calentar el vehículo hasta límites que te van a obligar a bajar el aire acondicionado, que te protejas de las temperaturas.

De estos avisos, el último y más espectacular fue en el Grand Canyon, y la historia de Margaret Bradley, capaz de quedar la 31 (clasificación mujeres) en la maratón de Boston en un tiempo de 3:05, pero incapaz de resistir las temperaturas del fondo del Gran Canyon en verano. Su foto e historia está puesta como ejemplo de que el más pintado atleta puede caer si no toma precauciones. Las versiones varían respecto a si tuvo problemas de agua y se perdió o si estaba realizando alguna carrera por el interior del Grand Canyon. Por desgracia, eso poco importa ahora. Googleando he encontrado una página dedicada a su memoria.

En algún sitio ya he comentado que una asignatura pendiente es descender el Grand Canyon como hizo en su día Magaret. Eso sí, con las precauciones de un perro algo viejo en excursiones más o menos parecidas. Las opciones de bajar sin hacer el salvaje (nunca digas....) te hacen pasar la noche en el Phantom Ranch, algo que hay que pedir con una antelación ahora mismo no planteable, o bien bajar con la tienda de campaña habiendo pedido un permiso varios meses atrás.

De momento, lo que he visto y envidiado es a esta parejita que me pone los dientes largos con sus fotos bajando a lo mas profundo del Colorado River.


Nos vemos en el Phantom Ranch...

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